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Elaboración casera y artesanal de vino

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En este informe hablaremos de la elaboración casera de vino. Ya sea vino blanco o vino tinto, y contaré toda mi experiencia en esta aventura (no me refiero a que tengamos experiencia haciendo vinos, sino a lo vivido en estos meses, desde el comienzo hasta el producto final)Primero lo primero. ¿Cómo se nos ocurrió hacer vino casero? Simple, era algo que siempre con mi papá veníamos hablando, pero siempre nos faltaba ese empujoncito final, y un día, hablando con un amigo, él tenía ya experiencia previa, preparando vinos y conocía un lugar en el cuál nos facilitaban todos los elementos, desde la materia prima, hasta los contenedores y damajuanas que harían falta durante la producción. Están en Morón, una tienda que vende uvas de viñedos mendocinos Finca Los Mellizos. En su sitio disponen de un archivo .pdf con los pasos a seguir para la elaboración, pueden consultarlo haciendo click acá.

Luego de conocer este lugar, el siguiente paso fue la elección de la uva, en este caso, empezamos con el vino tinto y la elección de mi papá fue Pinot Noir.

Luego de encargar las uvas (creo que fueron unos 200 Kilos, si mal no recuerdo) en el mismo sitio, nos procesan la uva en máquinas que separan los tallos de los granos y al mismo tiempo los muelen, poniéndolos luego en tanques de unos 30 Litros. (Ya en este paso le ponen un producto que mata cualquier hongo o cosas raras que puedan haber en las uvas, si bien en pasos posteriores se pueden agregar otros productos, en nuestro caso no lo hicimos, y el resultado fue genial) Estos recipientes nos los prestan para que podamos transportar el “futuro vino” más fácilmente, lo que si compramos fue un tambor de 200 Litros de plástico, lugar en el cuál el “vino” estaría los primeros días, y también unas 5 damajuanas de 25 Litros.

El siguiente paso, fue poner todos los bidones dentro del tanque de 200 Litros, en el cual el vino (aunque aún no lo sea, vamos a llamarlo así) estará macerando por unos 7 a 10 días. (Este recipiente, idealmente debería ser de Acero Inoxidable)

De momento, el único cuidado que se tuvo para con las uvas, es que cada día, al menos 2 veces al día, debía moverse el contenido de este contenedor, para así mantener todo el hollejo que sube a la superficie en remojo, para así aprovechar toda la uva al máximo.

Los primeros días, se veía poca actividad en el vino, pero el tercer día, el olor a vino en toda la casa era increíble.
A los 10 días, ya la actividad del vino (con esto me refiero a la fermentación que se veía en la misma) ya había mermado, con lo que estábamos listos para el prensado. Una vez más, en esta tienda te alquilan las prensas para que uno pueda hacerlo, sin necesidad de tener que invertir en comprar equipo caro.

Luego del prensado, al jugo obtenido (bueno, vino) se lo dividió en las damajuanas de 25 Litros, para que siga fermentando. Lo ideal es cerrar las damajuanas con corchos que tengan una manguerita en la parte superior, y que el otro extremo esté en un recipiente con agua, de esta forma los gases producto de la fermentación pueden escapar, pero evitamos que ingrese aire. Tenerlas en un lugar fresco y oscuro de la casa.

El vino estará en las damajuanas, hasta que al acercar nuestro oído al pico de las damajuanas (sin el corcho) no escuchemos que el vino siga fermentando. Entonces procedemos a pasarlo de una damajuana a otra, cuidado de no levantar el fondo, lo mejor es hacerlo con una manguera, que la introduciremos hasta casi el fondo de la damajuana, para así no levantar el mosto que se va asentando en el fondo de la misma. Debemos llenarlas bien hasta arriba, para que quede el menos aire posible dentro de las mismas, de ser necesario dividir el contenido en damajuanas de 10 o 5 Litros, para así todas queden llenas hasta arriba. Tapar nuevamente con los tapones con mangueras. Ahora viene la larga espera, de unos 6 a 7 meses. Siempre en un lugar oscuro y que sea en lo posible, la habitación más fresca de la casa, ojalá un sótano. En este tiempo, siempre debemos cuidar que haya agua en el recipiente donde están sumergidos los extremos de las mangueras. También si se quiere, en lugar de el corcho con la manguera, se puede poner un globo tipo piñata en el pico de las damajuanas.

A los 6 meses, ya podríamos sacar una muestra, y probar el vino (y ahora si, sin miedo de llamarlo vino) porque efectivamente, ya tenemos vino que está listo para ser envasado y consumido.

Una vez más, en este sitio podremos comprar botellas, los corchos e incluso alquilar una encorchadora, aunque también hay unos corchos que pueden ponerse a mano, dando un buen resultado.

Para el vino tinto, básicamente eso es todo.

Ahora bien, también es posible, por que no, hacer vino blanco. La elección, luego de ver la variedad de uva el día que llevábamos las uvas tintas, nos gustó la idea de hacer Moscato, desde las uvas moscatel.

El proceso fue similar, al comprar las uvas, en el mismo sitio realizan la molienda de las mismas, separando los tallos. Luego, se debe realizar el prensado, en este caso en el mismo día. El líquido obtenido (jugo de uva moscatel, que tiene un sabor espectacular) se lo va poniendo en damajuanas de 25 Litros, sin llenar hasta arriba, ya que este vino, realizará su fermentación en estas, por lo que no debemos llenarlas hasta arriba, sino que debemos dejar un espacio para que el vino pueda fermentar libremente sin rebalsar. También, estas damajuanas debemos taparla con corchos que tengan una manguera en su extremo, y el otro extremo en un cuenco con agua, para permitir que el aire escape, pero evitar que entre oxígeno.

Con el tiempo, a los 7 a 14 días, la actividad de la fermentación habrá menguado, entonces procedemos a hacer un traspaso del vino a damajuanas en las cuales permanecerán por unos 3 meses aproximadamente. Esto lo hacemos, al igual que con el vino tinto, sin levantar la borra acumulada en el fondo de la damajuana, que será mosto y levaduras muertas. En este caso, las damajuanas las llenamos bien, y una vez más tapamos con los tapones con la manguera.

A los 3 meses ya estamos en condiciones de envasarlo, en el fondo se habrán acumulado más residuos, pero el vino en sí estará bastante traslúcido. Si se tuviera la posibilidad de refrigerar toda la damajuana por un día en la heladera, esto sería muy bueno, ya que el frío ayudará a que los residuos que aún no hayan precipitado, se vayan al fondo, con lo cuál al momento de envasarlo, estaríamos envasando un vino aún más transparente.

Bueno, espero que se animen, si les gusta el vino, se sorprenderán con los resultados, y de seguro con el tiempo se animarán a experimentar con otras variedades de uvas, e incluso por qué no hacer bi-varietales.


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